25.1.12

La creacion

LA CREACION


Corria el año 1416, epoca de muchas fiestas y poca higiene.
La familia Medici llegaba al poder en Florencia y la gente del lugar se regocijaba con la noticia, todos menos el señor Juan de Medici.
El querido Juan no veia con tan bueno ojo el dirigir Florencia y no porque no le gustara el poder, no, de hecho lo seducía el poder, quien no lo seducia era su esposa, la señora Lorena, Lorena Chucumbé de Medici
Lorena Chucumbé era una bella dama quien siempre se destaco por llamar la atencion de todos los hombres de la aldea, sin embargo, Don Juan, como lo llamaremos de ahora en adelante, no soportaba la idea de estar con su esposa en todos los actos publicos.
Cuenta la historia que Don Juan le tenia repudio al sexo, para él, el sexo no era divertido, ademas de peligroso. Recordemos que en esa epoca la gonorrea estaba de moda y si no tenias por lo menos una pequeña rasquiña eras ignorado por la sociedad.
Aunque Don Juan fue uno de los inventores de muchas de las posiciones que usamos hoy en dia
(Recordamos ''La Medicina'', posicion muy popular entre los veterinarios) el necesitaba algo mas.
No encontraba nada divertido el echo que la mujer se viera igual al hombre ya que hacia falta desnudarse para distinguir el sexo.
Despues de mucho tiempo sin sacudir a su esposa, Doña Lorena, la sociedad empezaba a presionar, se hicieron muchas marchas e incluso un besatón: ''Cométela Rey'' gritaban los protestantes entre besos.
Para la suerte de Don Juan, en esos dias habia llegado a la ciudad el cientifico Holandes Ruud Manfred Theétäz experto en sexologia y evolucion de las especies.
El Doctor Theétäz fue encargado por Don Juan para crear algo que hiciera mas atractiva a la mujer y ademas poder diferenciarla del hombre sin necesidad de ir al coito.
Todos los experimentos fueron financiados por el reino pero el Doctor Theétäz no tenia ninguna idea, hasta que un buen dia, cansado de dar tantas explicaciones a los noticieros, decidio tomarse unas vacaciones. Alquilo una cabaña en cercanias al volcán Vesubio y allí mismo encontro su inspiracion.
''Que hermosa es la tierra, llena de fauna, flora. Las montañas, esas imponentes protuberancias que la adornan...''
En ese momento el Doctor Theétäz entendio que lo que le hacia falta a la mujer era algo que la adornara y que mejor que alguna protuberancia.
Tardo un dia en regresar a Florencia y compro 23 esclavas de laboratorio, empezo a experimentar, una por una y quienes eran geneticamente debiles iban siendo descartadas.
El Doctor Theétäz hacia injertos de grasa y  siendo la grasa un producto natural de adheriria al cuerpo asi con el paso de las generaciones se convertiria en algo natural y se transmitiria por los genes.
Theétäz hizo injertos en varios lugares del cuerpo de las esclavas pero resultaba poco atractivo.
Llama la atencion el caso de la esclava Cuasimodo a quien hizo un injerto en la espalda, injerto que despues de unos años la haria tristemente celebre en Francia.
Despues de muchos intentos el doctor Theétäz habia encontrado el lugar ideal. Pondria un injerto en en el pecho de la mujer, de modo que fuera llamativo para los hombres hasta el punto de no saber si mirarla a los ojos o al invento del Doctor Theétäz.
Pero no seria 1, serian 2 injertos, simetricos, uno al lado de otro, al fin y al cabo era epoca del renacimiento y la simetria era lo que mandaba la parada. Y que bien paradas las hizo el Doctor Theétäz, ademas en un detalle de fina coqueteria puso un delicado montecito en la punta de un color un poco mas oscuro y con una textura diferente, para darle mas variedad al asunto.
Ademas, al ser implantes en el pecho, los hombres podian ahora juguetear con ellas mientras disfrutaban de las mieles del sexo.
El dia 29 de Octubre de 1428 el Doctor Theétäz, despues de 2 años de investigaciones, presento al publico su invento.
Y tuvo gran acogida, hasta el punto que todas las mujeres de Florencia fueron implantadas bajo financiacion del gobierno, desde luego, la primera fue Doña Lorena, para la dicha de Don Juan quien se injerto una buena cantidad de grasa..
Asi fue como Florencia se convirtio en la ciudad con las mujeres mas llamativas de la epoca y Don Juan un hombre tan feliz que dejaria una descendencia de 28 hijos con Doña Lorena, quien murio de agotamiento, y otros 15 hijos con su segunda esposa, cuyo nombre escapa a mi memoria.
El Doctor Theétäz se hizo millonario y murio en algun lugar de Italia dejando una humanidad satisfecha y dandole al hombre otro objeto de entretencion ademas de los aburridos videojuegos.

''Dedicado a quienes pasamos horas queriendo aumentar nuestra esperanza de vida discutiendo quien fue la mejor paciente del Doctor Theétäz''

EL HOMBRE



23.1.12

camina camina camina y tocala. Ella se desliza por unas manos que no son las suyas, se deslizo por el rodadero de ser mujer, una noche en que el calor solo buscaba unas manos torpes esperemos. sudo sus años, clamo por el orgasmo y se dejo ir, hambre de pan y carne y sangre, hambre de un animal, de otro descarriado, ovejas con piel de lobo con piel de oveja, ovejas que se amaron y se entregaron todo, ovejas que compartieron la saliva y los fluidos, antonces forjaron un cuchillo, que desde el pasado camino en picapala hasta ahiQ. unas manos y una lujuria biblicos y la desnudez que aterra, que sobrecoge, persigueme una noche mas, comeme entero, una vergototototototototototota o unas manos, que importa, ladronzuela, cerdas, entregose al goce y al roce y la pose en el coche o el porche que importa fantoche en la noche fuiste su mas sublime pajazo de carne. la aceptacion de los cuerpos desnudos, la galvanismo de la carne, el cuchillo que viene marica tapese!

Ramses

FAMOSO


''Manolito quería ser famoso.

No se conformaba con que los niños siempre estuvieran tirándole piedras. 
Él aspiraba a más.
La cuestión era: ¿por dónde empezar? Y no es que no supiera qué hacer. El problema es que no sabía hacer nada. En épocas pasadas había desarrollado grandes habilidades, incluso llegó a dirigir empresas que él solito llevó a la quiebra mientras, por las noches, estudiaba astrofísica y se cortaba las uñas de los pies al mismo tiempo. 
Pero esos tiempos felices ya eran historia. Desde el golpe en la cabeza, la mente de Manolito se parecía a una hoja en blanco.
A veces, cuando le daba sol, su mente se amarilleaba y dejaba ver alguna idea seca. Fue en una de esas insolaciones cuando la fijación de ser famoso llamó a su puerta.

Y Manolito era un tipo voluntarioso. Digamos que aquella hoja en blanco era de las gruesas, de las que no se pueden utilizar como papel higienico por mucho que presione la desesperación. Él tenía que ser famoso, así que iba a ser famoso. Era un tonto.
Un día, mientras paseaba por el parque, se cruzó con un niño. A nuestro héroe le gustaban mucho los niños pero, como le producían estreñimiento, no solía comérselos habitualmente. Este niño, sin embargo, era un poco fastidioso. Insultó varias veces a Manolito mientras le lanzaba unas cuantas piedras de esas bien grandes.
Una de ellas golpeó de lleno su objetivo: los genitales de Manolito. Fue entonces cuando éste decidió tragárselo de un solo bocado, a pesar de que aquel día había desayunado harto.
Y no es que Manolito fuera un monstruo, es que como era la época de guerra, el gobierno había recomendado a todo el mundo que aplastara a pisotones a todos los niños que pudiera, porque no sé si sepan, pero en nuestro país hubo un problema de superpoblación terrible. La consigna era comérselos para, a su vez, resolver el problema del hambre provocado por la dura guerra. El Estado pagaba primas al que matara más niños, y el récord creo que lo ostentaba un tal Garavito.

Pero bueno, no quiero aburrirlos. El caso es que Manolito quería ser famoso. Y, como ven, el hecho de que fuera un asesino múltiple pasaba inadvertido en aquella época. Así que decidió dejar el canibalismo infantil y sentar un poco la cabeza.
Se metió de chatarrero y estuvo malviviendo un tiempo, unos cincuenta años. Con lo que ahorró se tomo unas fotos y las pegó en su hoja de vida para ver si alguien podía representarlo en el tema de ser famoso.
Sabía que sin un buen padrino no hay nada que hacer. Lo que no sabía es que existen muchos padrinos, pero no son buenos.

Como no era un tipo que se conformara con cualquier cosa, acudió al mismísimo Marlon Brando: el Padrino. Éste  vio en Manolito un tipo con posibilidades, y le dio un empleo de representante de cocaína rendida con caspa, a medio tiempo. Manolito estuvo un tiempo encargado de este asunto, unos setenta años, pero por fin se dio cuenta de que ese no era su sitio: la clandestinidad estaba demasiado reñida con la notoriedad pública que él ansiaba alcanzar. Encima, un día pisó popo de un perro grande. Esto fue la gota que derramó el vaso. 
Ese día, Manolito se unió sin previo aviso a la familia de los Atapuerca, enemigos acérrimos de los Corleone. Esa misma noche comandó una terrible vendetta durante la cual arrojaron huevos rellenos de pintura sobre las fachadas de todos los negocios de sus competidores. Esta vez estaba seguro: iba a salir en los periódicos. Pero resultó que ese mismo día Cristiano Ronaldo había estornudado un par de veces, y aquello había conmocionado a la sociedad hasta el punto de eclipsar cualquier otra noticia.
Manolito se hartó de tanta mala suerte. Se paró a pensar un rato, unos ciento veinte años, y por fin llegó a la conclusión de-fi-ni-ti-va: se pararia en medio de la plaza a tocar canciones, usando una gorra de esas que tienen una hélice y seria un artista delante de la concurrencia.
Eso no podía fallar. Manolito, presa de la emoción, se dirigió inmediatamente al parqueadero, pero resulta que le cayó encima un meteorito de diez mil toneladas. Quedó aplastado, alcanzo a decir Jesús, y nadie vio su muerte porque casualmente nadie estaba mirando.
Al día siguiente, la prensa sólo hablaba del meteorito gigante que había caído en la ciudad, y que por suerte no había causado daños físicos a nadie. El Meteorito fue bautizado por los científicos como "Manolito", y dio de que hablar a generaciones y generaciones.
La moraleja no es alegórica: no se trata de que por fin Manolito alcanzara la fama en forma de Aerolito. No, no. Una cosa es Manolito y otra es la piedra: sí, esa gran triunfadora...''

EL HOMBRE